Las cascadas del Huéznar son un conjunto de pozas y saltos de agua de una belleza singular, que se encuentran al norte de la provincia de Sevilla cerca de la localidad San Nicolás del Puerto. El río Huéznar es un afluente del Guadalquivir que nace en este pequeño pueblo y que a lo largo del tiempo ha ido vertiendo sus aguas sobre unas formaciones de rocas calizas conocidas como travertinos, dando lugar a estas bonitas cascadas. Con la intención de proteger este mágico entorno la Junta de Andalucía las ha declarado Monumento Natural y a partir de aquí queda en nuestra mano favorecer su conservación.
Para visitar las cascadas no es necesario hacer una ruta de senderismo, ya que éstas se encuentran situadas junto a un área recreativa de fácil acceso en coche. Sin embargo, merece la pena andar algunos kilómetros por sus alrededores para conocer mejor este espacio enmarcado dentro del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla. Éste es uno de los parques naturales más grandes de Andalucía y desde 2011 forma parte de la Red de Geoparques Europeos por sus valiosos recursos geológicos, arqueológicos y mineros. De hecho, a lo largo de la historia han sido muchas las civilizaciones que han encontrado una fuente de riqueza en este entorno gracias a la extracción de hierro y plata.
Esta región se caracteriza sobre todo por unos paisajes de amplias dehesas, olivares y zonas de cultivo, aunque también alberga bosques de galería y abundante vegetación ribereña. En cuanto a las especies animales destacan ciervos y jabalíes, así como águilas imperiales, reales y perdiceras.
Dispuestos a conocer otro rincón de Sierra Morena nos dirigimos al municipio sevillano Cazalla de la Sierra y aparcamos el coche a las afueras, junto a la fuente de El Chorrillo. Tras consultar los mapas comenzamos a andar por la antigua Vereda del Valle, un sendero público señalizado que no tiene ninguna dificultad y que nos lleva hasta las cascadas del Huéznar mostrándonos los paisajes más representativos del parque natural.
En breve las dehesas dan paso a la característica vegetación mediterránea, como por ejemplo un tupido bosque de helechos que nos aporta frescor en un día tan caluroso. En esta primera parte del recorrido son varias las cancelas que hemos de abrir y cerrar a nuestro paso.
Las encinas y alcornoques se van alternando entre suaves colinas, nos dejamos atrapar por un entorno primaveral lleno de color.
Existen muchos Puntos de Interés
Geológico en el parque natural, algunos de los cuales están bien señalizados
para que los visitantes podamos comprender su importancia.
Cuando nos acercamos al
río cambia la vegetación y la temperatura. Esta ribera es una de las mejor
conservadas del parque natural, destacan especies botánicas como los sauces,
fresnos, alisos y olmos. En cuanto a la fauna que merodea por este
espacio tenemos martín pescador, garza real, mirlo acuático, nutria, galápago
leproso e incluso trucha, además de llamativos invertebrados.
Sevilla tiene un color especial, no hay duda, sobre todo cuando el campo florece
y queda teñido por completo.
Llegamos al Área Recreativa El
Martinete, un lugar muy agradable para pasar el día en familia, con zonas de barbacoas y buenas sombras que nos resguardan de las altas temperaturas.
A unos 200 metros se encuentran las famosas cascadas conocidas también como Las Chorreras. Quedamos impresionados por el bello espectáculo que la naturaleza ha ido construyendo con suma paciencia, aguas cristalinas en tonos verde turquesa caen a borbotones por unos toboganes naturales.
El lugar invita a relajarse, hacer un picnic y disfrutar del sonido del agua. Con este día tan cálido sentimos la tentación de darnos un baño pero hay que señalar que no está permitido por tratarse de un espacio protegido. Sin embargo, sí es posible hacerlo a pocos kilómetros de aquí, en la playa fluvial de San Nicolás del Puerto, un auténtico oasis donde los sevillanos pueden ir a refrescarse en verano. Junto al área recreativa vemos un restaurante donde tomamos el café de rigor antes de proseguir la marcha.
En las inmediaciones aparece en estado de abandono la Casa y
Fábrica de Luz Nuestra Señora del Carmen, la cual tuvo gran importancia en
los inicios de la industrialización de Andalucía.
Llegamos a la Vía Verde de la Sierra
Norte, un antiguo trazado ferroviario minero que desde hace años está
acondicionado para que ciclistas y senderistas que lo deseen puedan conocer estos insólitos parajes. Tiene una longitud de unos 18 kilómetros y transcurre entre las localidades
de Cazalla de la Sierra, Alanis, San Nicolás del Puerto y Constantina.
Por último, nos acercamos a conocer
el Monumento Natural Cerro del Hierro, otra rareza geológica de la
zona que se encuentra a escasos kilómetros. Se trata de un complejo kárstico
originado en el periodo Cámbrico medio-superior sobre unas calizas del Cámbrico
inferior, lugar donde hubo una importante explotación minera que data de la época romana y
que ha estado en activo hasta el siglo XX. La extracción de minerales y la acción de la
lluvia han modelado un peculiar paisaje que en la actualidad es aprovechado por
deportistas para la práctica de la escalada.
Ahora sé
que Sevilla cuenta con un patrimonio natural para ofrecer a sus visitantes
algo más que feria, toros y semana santa.
¡Hasta la próxima rutilla!
Comentarios
Publicar un comentario