Primera ruta de senderismo en suelo canario y primera toma de contacto con los volcanes de La Palma. ¡Con las ganas que le tenía al turismo vulcanil!
Y como no podía ser de otra forma empiezo por uno de los platos fuertes del viaje, el Parque Natural de Cumbre Vieja, una importante región volcánica que en los últimos tiempos se ha hecho mundialmente conocida debido a la impactante erupción del Volcán Tajogaite, acontecida hace apenas cuatro años. Quisiera aclarar que Cumbre Vieja no es un volcán en sí mismo, sino una cordillera volcánica compuesta por un conjunto de cráteres y conos volcánicos, que se extienden de norte a sur abarcando media isla. De hecho, esta cadena montañosa está considerada como la columna vertebral de La Palma porque divide la isla en dos mitades bien diferenciadas, tanto a nivel geográfico como a nivel climático.
El itinerario de hoy nos lleva a visitar dos colosos volcánicos, localizados en el extremo sur de la dorsal de Cumbre Vieja: el Volcán de San Antonio y el Volcán Teneguía. ¡La ruta por excelencia del sur de La Palma!
Nos encontramos en el término municipal de Fuencaliente, donde diversos caminos convergen formando parte de un recorrido más amplio denominado la "Ruta de los Volcanes". Se trata del mayor sendero que ofrece la isla de La Palma, un trayecto lineal de unos 30 kilómetros que discurre a lo largo de todo el Parque Natural de Cumbre Vieja, con inicio en el Refugio del Pilar y culminación en las salinas de Fuencaliente. Por cuestión de logística en esta ocasión no es posible abarcar tanto, así que vamos a realizar sólo la última etapa de esta ruta y dejaremos el gran reto para una futura visita a la isla. 😜
Para comenzar la ruta hay que dirigirse al Centro de Visitantes "Volcán de San Antonio", muy próximo a la población de Los Canarios. Si deseas visitar el volcán en cuestión tienes que pasar por caja y pagar 8€ por persona, no hay escapatoria. Con la entrada tendrás acceso a los aparcamientos, los baños, las salas de exposiciones y audiovisuales y, por supuesto, al sendero que lleva al volcán de San Antonio. A priori puede parecer un precio excesivo pero puedo asegurar que es un dinero bien invertido. 😊
En el interior hay una didáctica exposición sobre las sucesivas erupciones volcánicas y la formación del archipiélago de las Canarias. Todo muy interesante pero aquí hemos venido a estudiar el terreno in situ, y saliendo por la puerta trasera del centro de visitantes ya estamos en el sendero que nos conduce al volcán. Pero antes, ¿qué tal si echamos un vistazo al observatorio astronómico y al simulador de terremotos? Sí, como lo oyes, aquí podrás "disfrutar" de la experiencia de vivir un terremoto bajo tus pies...
Por el camino tenemos unas magníficas vistas del barrio de "Los Quemados" en la ladera de la montaña.
Tan sólo unos metros nos separan del volcán por lo que esta primera parte no conlleva esfuerzo alguno. Las vistas al interior del cráter son inmediatas y te dejan sin palabras.
El volcán de San Antonio entró en erupción en el año 1677, aunque estudios recientes demuestran que el cono, de grandes dimensiones y perfecta forma redonda, ya existía previamente a esa época. La erupción del siglo XVII fue de carácter fisural estromboliana, lo que quiere decir que hubo una combinación de fuertes explosiones que emitían cenizas y piroclastos, a la vez que surgían grietas en la tierra por las que brotaba la lava incandescente. En total se abrieron 18 bocas eruptivas que expulsaron lava sin parar durante dos meses seguidos. El balance fue de cuatro personas fallecidas y muchas casas derribadas por los fuertes seísmos, además de todas las cosechas arrasadas. Un acontecimiento histórico que mostró al mundo la grandiosidad de las fuerzas de la naturaleza y que, de forma muy reciente, hemos podido atestiguar durante la erupción del Tajogaite unos kilómetros más al norte.
Es un paseo corto pero intenso, pues no todos los días se tiene la oportunidad de caminar por el mismísimo borde del cráter de un volcán.
Varios siglos después la región sur de la isla sigue cubierta por toneladas de arena negra, rocas volcánicas y lava solidificada. Un panorama sobrecogedor que, en realidad, forma parte del encanto de La Palma, porque es una isla viva y en constante evolución que como bien saben sus habitantes no permite bajar la guardia. Pero aquí también hay lugar para la esperanza, pues según dicen cada final es un nuevo comienzo y, tras la enorme devastación que supuso aquella erupción y otras posteriores, la vida volvió a abrirse camino. Sólo la naturaleza sabe cómo es posible que nuevas semillas broten en un medio tan adverso, pero ahí están los numerosos ejemplos de arbustos y árboles resilientes que, poco a poco, van colonizando el terreno dentro y fuera del volcán.
Pensaba que sería posible rodear el cráter al completo, pero una valla impide el paso y nos obliga a volver sobre nuestros pasos hasta el centro de visitantes. El sendero del volcán de San Antonio termina junto a un vértice geodésico que señala 633 metros de altitud sobre el nivel del mar. Tengo que reconocer que nunca antes me había resultado tan fácil hacer cumbre. 😆
Este punto es un excelente mirador de todo el campo volcánico de Fuencaliente. Junto al mar sobresale la enorme silueta del Volcán Teneguía, hacia el que nos dirigimos después.
En la lejanía destaca el faro y las salinas de Fuencaliente, rodeadas de inmensas coladas de lava. Éste fue el único pedazo de tierra que, milagrosamente, sobrevivió a la erupción del volcán Teneguía en 1971.
Otra imagen curiosa es la nueva costa creada por la erupción del Teneguía, un terreno ganado al mar en el que ahora prosperan alegremente los cultivos de plataneras.
Una vez fuera del centro de visitantes tomamos un sendero marcado que desciende por la ladera del volcán de San Antonio.
Mientras vamos tomando conciencia de la verticalidad de la isla, observamos que en estas tierras de color negruzco hay mucha vida. Especies animales y vegetales que se las han ingeniado para salir adelante en medio de un contexto climático hostil. Por ello, además de formar parte del Parque Natural de Cumbre Vieja, este enclave de gran interés científico ha sido protegido desde 1987 bajo la figura de Monumento Natural Volcanes de Teneguía.
Las señales que encontramos nos indican las diferentes propuestas que se pueden realizar dentro de toda esta área volcánica, unas más duras que otras. Nosotros nos encaminamos mediante una pista de tierra hacia nuestro siguiente objetivo, el Roque Teneguía.
El Roque Teneguía, ubicado en la falda del volcán de San Antonio, también forma parte del Monumento Natural Volcanes de Teneguía y merece una visita por varios motivos. Se trata de un promontorio rocoso, de origen fonolítico, que data de alguna de las erupciones prehistóricas que acontecieron en la isla en tiempos remotos. Las coladas más recientes de los volcanes de alrededor no consiguieron ocultar del todo los materiales más antiguos de la zona, es por eso que éste y otros roques más pequeños fueron rodeados por los grandes ríos de lava y quedaron al descubierto. Su color amarillo claro lo delata en medio de un paisaje de arena negra, siendo una figura bastante reconocible desde lejos.
Pero además de una rareza geológica, esta roca posee un alto valor arqueológico por albergar numerosos petroglifos pertenecientes a la cultura Benahoarita, el pueblo aborigen de la isla de La Palma. El roque era un lugar ceremonial, en el que se realizaban sacrificios y rituales propios de aquella civilización primitiva. Además de los grabados en la piedra se hallaron vasijas, enterramientos y otros restos que han sido expoliados y que ahora están en manos de coleccionistas privados. Su declaración como Bien de Interés Cultural en 1996 ha ayudado a su conservación y todavía, si se busca con detenimiento, se pueden apreciar algunos de los símbolos dibujados en esta roca ancestral.
Dejamos atrás el roque y tomamos un sendero que discurre por encima de una vieja acequia con vistas al mar.
Entre coladas de lava negra llegamos a la base del Volcán Teneguía, uno de los puntos que considero con mayor encanto paisajístico. Su erupción en 1971 le hacía ostentar hasta hace bien poco el "honor" de ser la erupción volcánica más reciente de nuestro país. El proceso de enfriamiento de sus coladas dio lugar a nuevas tierras convertidas hoy en hermosas playas y fértiles tierras de cultivo. Han sido consideradas las tierras más jóvenes de España y de Europa, hasta que en septiembre de 2021 se retransmitía en directo cómo una nueva abertura en Cumbre Vieja le arrebataba al Teneguía su primera posición. ¡Justo 50 años después!
Aunque en la actualidad no está permitido ascender a su cumbre, lo que sí podemos hacer es deleitarnos con la multitud de panorámicas a su alrededor. Es una sorpresa ver cómo los viñedos prosperan en este suelo oscuro, entre pequeños cráteres desperdigados. Un orgullo para los palmeros de estos municipios que presumen del cultivo de uvas como la malvasía, una antigua variedad procedente de Grecia que genera ricos caldos entre estos volcanes.
A partir de aquí volvemos a retomar la pista ancha de tierra que nos conduce de nuevo al centro de visitantes, concluyendo así una de las rutas imprescindibles de la isla bonita.
¡Hasta la próxima rutilla!
Más información técnica de la ruta y descarga del mapa aquí.
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