El camino que une el paraje
de Las Acebeas con la cumbre del pico Navalperal es una buena opción para
acercarnos a la Sierra de Segura en Jaén y conocer otra parte menos turística
del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas.
Es un entorno privilegiado en el que además de disfrutar de hermosas
panorámicas tenemos el honor de transitar por una de las zonas de mayor
valor ecológico de la Península Ibérica, declarada como Área de Reserva de las Acebeas-Nava del Espino. No
necesitamos más excusas para ponernos en marcha.
Es un recorrido sencillo de
ocho kilómetros en total, apto incluso para familias con menores que estén
acostumbrados a andar. Dependiendo del ritmo que llevemos se puede realizar de
forma cómoda en una mañana y dejar tiempo libre para hacer un picnic en algún
merendero o aldea cercana. La ruta se puede combinar con una visita al pueblo
de Segura de la Sierra y su espectacular castillo medieval, que se encuentra a
escasos diez kilómetros del inicio de sendero. Para llegar hay que tomar
la carretera JF-7012 hasta el cruce con la carretera de Siles y prestar
atención a las señales para dirigirnos al Campamento de Las Acebeas, pasado
unos metros hay una zona de parking.
Aparcamos junto a la cancela en la que empieza el camino y seguimos las indicaciones oficiales del "Sendero de las Acebeas" PR-A 176, que en su mayor parte discurre por una pista forestal en buen estado.
Desde el principio salta a la vista que no estamos en un bosque común, y es que en este punto concreto de la sierra se dan unas determinadas condiciones de temperatura y humedad que generan la aparición de especies vegetales más propias del norte de España, como son los avellanos y los acebos. Durante esta primera parte el camino nos lleva por una de las áreas más protegidas de todo el parque natural, de especial interés científico para el estudio del cambio climático.
La masa boscosa se va difuminando a medida que ganamos altura y entre las ramas van apareciendo las primeras panorámicas perfumadas con un aire puro.
Uno de los protagonistas de esta ruta es el pino laricio, Pinus nigra, un árbol cada vez más escaso que ha sabido adaptarse a las duras condiciones climáticas de la montaña. Cada ejemplar tiene una forma única adquirida por el embiste de los fuertes vientos.
Más arriba los árboles han desaparecido por completo y en su lugar surge la vegetación arbustiva propia de la altitud como es la sabina o el piornal.
Tres kilómetros después de empezar la marcha llegamos a la caseta de vigilancia forestal que, al estar ubicada en un saliente rocoso, se convierte en un balcón perfecto para observar buena parte del parque natural. Éste es el punto clave de la ruta y un buen momento para una parada técnica.
Las vistas llegan más allá de las sierras circundantes alcanzando otras provincias como Granada, Ciudad Real o Albacete.
El Yelmo sobresale con su inconfundible silueta en medio de la sierra, en esta impresionante montaña se celebra cada año el Festival Internacional del Aire, cuya programación puedes consultar aquí.
Desde la caseta de vigilancia nos dirigimos al punto geodésico de la cumbre de Navalperal, para ello atravesamos una planicie sin senda definida donde predomina el paisaje kárstico, es el Calar de Navalperal.
El paseo por el calar ofrece unas vistas fabulosas a 360 grados. Una vez saciados de éstas ponemos punto y final al tramo circular de la ruta y retomamos la pista inicial por la que hemos subido, apreciando espléndidos ejemplares de pinos laricios o salgareños con formas de lo más variadas.
Emprendemos una bajada sin prisas, deteniendo nuestros pasos cada vez que queremos para admirar los vastos paisajes de la Sierra de Segura.
Y casi sin darnos cuenta estamos otra vez en el inmenso bosque "norteño", un lugar excepcional digno de investigar y proteger.
¡Hasta la próxima rutilla!
Información técnica de la ruta y descarga del mapa aquí.
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