Lastras de Fuencaliente y Yacimiento Arqueológico de Peña Escrita, ruta de naturaleza y arte rupestre.
Las Lastras de Fuencaliente es el nombre que recibe una de las rutas de senderismo más populares de la provincia de Ciudad Real, situada entre el norte de Andalucía y el sur de Castilla-La Mancha. Un recorrido sencillo que transita por una de las partes más altas de la cordillera de Sierra Morena, dentro de un espacio de gran valor paisajístico y de especial protección ambiental, como es el Parque Natural Valle de Alcudia y Sierra Madrona.
El nombre de "lastras" hace alusión a unas grandes rocas aplanadas características de esta zona, formadas junto al cauce del río Cerecera por lentos procesos de erosión y sedimentación. Pero además de esta singularidad geológica la ruta nos invita a conocer un patrimonio arqueológico sobresaliente, en el que destacan algunos de los conjuntos de pinturas rupestres mejor conservados de la Península Ibérica, como son los yacimientos de Peña Escrita y La Batanera. ¡La combinación perfecta entre naturaleza y arte rupestre!
Para comenzar nos dirigimos al municipio de Fuencaliente y tomamos un desvío indicado hacia Peña Escrita. Nosotros nos quedamos un poco antes y aparcamos el coche junto a una explanada en la que comienza la ruta a la Cascada de la Batanera. La idea es hacer la excursión a la inversa para afrontar la parte de subida al principio y recrearnos en el yacimiento de Peña Escrita al final.
Seguimos las señales y vamos dejando atrás las vistas de Sierra Madrona para adentramos en un sendero que discurre junto al cauce del río Cerecera.
En pocos pasos somos recibidos por los primeros saltos de agua.
¡Cómo ha disfrutado nuestro compañero inseparable de cada aventurilla en la naturaleza!💕
El bosque de ribera presente en esta umbría es una muestra de la gran diversidad biológica y climática que hay por este territorio. Gracias a la creación del parque natural en el año 2011 es posible seguir conservando todos sus recursos naturales y culturales.
La belleza del entorno se ve interrumpida de repente por una discordante tubería negra que parece surgir de la nada. Esta estructura que abastece al municipio de Fuencaliente se encarga de afear bastante la primera parte del recorrido, justo en lo más pintoresco. 😒
Lo que resulta más agradable de ver son los coquetos puentes de madera que en varias ocasiones nos llevan a cruzar de una orilla a otra.
También hay tramos de escaleras y otras infraestructuras que agilizan el paso por el terreno rocoso.
A partir de aquí se empiezan a vislumbrar las famosas "lastras", que son las formaciones geológicas que dan nombre a la ruta. Se trata de unas losas de piedra de gran tamaño que están dispuestas en el suelo y que en algunos tramos parecen toboganes naturales. Resaltan en medio del sombrío paisaje por su color en tonos claros y por una textura muy pulida que puede resultar resbaladiza con lluvia.
Continuamos por el margen derecho junto al agradable sonido del agua y la "bonita" tubería negra.
Alcanzamos uno de los rincones más llamativos de la ruta: la Cascada de la Batanera. Este impresionante salto de agua de 18 metros de altura se muestra encajado entre paredes de roca verticales que conforman un bello paraje natural. Se dice que éste es el lugar en el que Miguel de Cervantes sitúa el episodio de la aventura de los batanes en su obra El Quijote.
Debido al lluvioso otoño nos topamos con una abundante caída de agua cuyo estruendo impresiona bastante desde abajo. Conforme se asciende es posible apreciar la enorme cascada desde arriba y disfrutar de este espectáculo de la naturaleza.
A escasos metros del río se encuentra el Yacimiento Arqueológico Abrigo de La Batanera, declarado como Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico Artístico Nacional en 1924. Se trata de un conjunto de pinturas rupestres esquemáticas del periodo Neolítico, ubicadas en un abrigo rocoso que por motivos de seguridad y conservación se encuentra vallado.
A simple vista se aprecian las pinturas dibujadas sobre la roca en tonos rojos y ocres, los cuales eran elaborados con arcilla rica en óxido de hierro y componentes de origen orgánico como sangre y resina. Se pueden distinguir motivos geométricos, círculos concéntricos y figuras antropomorfas de difícil interpretación. Sólo los artistas sabrían qué querían representar con estas pinturas tan extrañas a nuestra mirada.
Ahora nos dirigimos hacia el yacimiento arqueológico de Peña Escrita, siguiendo el sendero señalizado como "Ruta 11: Entrepinturas".
Tras una breve subida dejamos el espeso bosque atrás y salimos a campo abierto para contemplar espléndidas vistas de Sierra Madrona. Estamos en un espacio de gran diversidad faunística y abundante vegetación propia del bosque mediterráneo, con predominio de encinas, robles, quejigos y alcornoques.
Unos kilómetros más adelante concluye el recorrido y llegamos al colofón final: Peña Escrita, uno de los yacimientos de pinturas rupestres de mayor relevancia a nivel mundial.
Una pasarela de piedra nos conduce monte arriba hasta alcanzar las paredes rocosas que atesoran desde hace milenios el gran legado de nuestros ancestros.
El Valle de Alcudia y sus entornos serranos han acogido desde la prehistoria innumerables asentamientos humanos que han dejado una huella de incalculable valor, en forma de grabados y pinturas en las rocas de cuarcita. El Yacimiento Arqueológico de Peña Escrita, perteneciente al término municipal de Fuencaliente, se encuadra dentro de la <<provincia artística>> de Sierra Morena y destaca por albergar numerosas pinturas rupestres de tipo esquemático.
Todas las investigaciones apuntan a que el Arte Esquemático se inició en el periodo Calcolítico-Edad del Bronce (2.500 a.C.) y perduró hasta la Edad del Hierro (750 a.C.). Se considera una de las manifestaciones artísticas más peculiares de la Península Ibérica, en comparación con los otros dos grandes ciclos artísticos de la prehistoria española, como son el Arte Paleolítico de Cantabria y el Arte Levantino. La técnica y colores empleados son muy similares a las otras corrientes, predominando los rojos, anaranjados y ocres, con un tamaño medio de las figuras que oscila entre los 20 y 30 cm. Los emplazamientos elegidos son siempre al aire libre, en abrigos o pequeñas covachas, y aunque se extendió por toda nuestra geografía son especialmente numerosas en las cuencas hidrográficas del Guadiana y el Guadalquivir.
La interpretación de la pintura esquemática varía en función de los autores que la han estudiado, pero no es nada fácil teniendo en cuenta que los motivos de las representaciones son muy estilizados y se conciben de un modo conceptual... En cualquier caso, se consideran testimonio de la vida, costumbres e ideología de las gentes que lo crearon, pues se aprecian escenas de la vida social como danzas, partos, cultos, cacerías, etc. El tema principal del arte rupestre esquemático es la figura humana, estilizada hasta límites en los que resulta muy difícil su reconocimiento y representada en muy diferentes formas, unas veces aisladas, otras formando parejas del mismo sexo o de ambos, apareciendo de pie, en cuclillas y sentadas. También hay figuras de animales como ciervos, cabras, caballos, toros, aves y peces. Y luego está el complejo entramado de barras, agrupaciones de puntos y figuras geométricas cuya identificación resulta bastante dudosa.
Al estar expuestas a todo tipo de inclemencia y sin ningún tipo de protección muchas de estas pinturas se han deteriorado y han perdido la intensidad del color original por efecto de los agentes meteorológicos, hogueras o vandalismo. Sigue siendo más necesario que nunca estudiar y proteger este valioso repertorio de manifestaciones culturales y religiosas de nuestra prehistoria.
¡Hasta la próxima rutilla!
Más información técnica de la ruta y descarga del mapa aquí.



















































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